Podría decir, sin riesgo a equivocarme, que este fue el segundo de los torneos internacionales que se jugaron en Gijón. El primero, celebrado un año antes, había servido para que Alekhine obtuviera una buena victoria.
Pero en esta ocasión cambió el decorado: Alekhine se vio batido por Arturo Bonet Polledo a las primeras de cambio -2ª ronda- después de seis horas y media de juego y un aplazamiento de por medio (Voluntad, 14 julio 1945) siendo la primera partida que el campeón del mundo perdía en un torneo ante un jugador español, sucumbiendo también en la última partida contra Antonio Medina, lo que le relegó al tercer lugar, si tenemos en cuenta que ambos jugadores terminaron igualados en el desempate del Sonen, pero con la ventaja de Medina en su duelo particular. Esta sorprendente victoria traspasó, a través del telégrafo, todas las fronteras del mundo y, como alguien dijo, Bonet puso una pica en Flandes… y rompió el espejismo de la invulnerabilidad.
De todas formas, el verdadero triunfador del torneo fue Antonio Rico, que consiguió empatar con Medina y Alekhine en las rondas segunda y cuarta, respectivamente, lo que, unido a su victoria en la primera ronda contra Pomar, le supuso jugar el resto de partidas con una cierta tranquilidad.
Antonio Rico, que había nacido en Tineo, fue un excelente jugador asturiano, quedando ocho veces campeón de su región. En 1942 ganó el torneo para la semifinal del campeonato de España. En 1944 sucedió algo parecido y en la final nacional, que ganó Medina, quedó en un meritorio tercer lugar, exaequo. En sucesivos torneos de Gijón siempre quedó en muy buen lugar y repitió título en 1948, en un torneo muy fuerte, aventajando a Baruch H. Wood, Francisco José Pérez, Lodewijk Prins, RománTorán, Manuel Golmayo…
Fue unos años antes, tal como comenta Pablo Morán en su libro Semblanza de un campeón de ajedrez (Antonio Rico), editado por la Federación Asturiana de Ajedrez y que podemos ver en su totalidad en este enlace (*), cuando empezó a moverse el ajedrez en Asturias, manifestando lo siguiente:
En 1941 se reorganiza el ajedrez en Gijón y los antiguos componentes del Ateneo Obrero pasan a formar parte del Casino de la Unión de los Gremios, sociedad que se convirtió en la Meca del ajedrez en Asturias, pues a ella pertenecieron, entre otros, Clotas, Bonet, Mampel, Dr. Salas, Juan Fernández Rúa, Vicente González, Román Torán, Ramón del Olmo, Eugenio Salomón, José Luis García Leicher, Luis Álvarez del Monte (futuro campeón de Uruguay y olímpico), Mariano Fernández, los Gallego (padre e hijo), el autor de estas líneas y un largo etc., bajo las riendas de Félix Heras, gran promotor del ajedrez en Gijón, organizador de numerosos torneos internacionales y futuro presidente de la Federación Española.
(*) Creo del todo interesante que os podáis bajar este libro -otro de los excelentes trabajos del malogrado Pablo Morán, ahora como homenaje a Rico- ya que en él encontraréis una exhaustiva historia sobre la vida de Antonio Rico, así como una buena cantidad de partidas relacionadas con algunos de los torneos en que participó, cuadros de clasificación, etc. La imagen de Rico que sigue se halla precisamente en la página tres de dicho libro.
Precisamente en la siguiente imagen le podemos ver en el Torneo Internacional de Madrid 1934, donde quedaron en primer lugar el francés Gromer (en la foto, con gafas, y que tiene a su izquierda a Golmayo, Maristany y Sanz) y Ortueta. Rico quedó en quinto lugar, con siete puntos y medio de trece posibles, empatado con Gamonal. Este torneo vino a ser la alternativa de Rico en el ajedrez nacional.
Participantes en el Torneo Internacional de Madrid 1934
El primero de la izquierda, de pie, Antonio Rico
(Foto: Ajedrez Español nº 1, septiembre 1934)
Veamos ahora la noticias en el periódico local donde se informaba del inminente comienzo del torneo, así como la llegada de los diferentes jugadores foráneos y la del gran crítico madrileño –así lo calificaban-, Manuel de Agustín.
En Ajedrez Español nº 42/43, de Julio de 1945, figura la clasificación final de este torneo de Gijón. Si bien la puntuación final es correcta, el orden de salida que el cronista dio a los jugadores parece ser que no era el real.
Algo parecido le sucedió a Ricardo Guinart Cavallé en sus crónicas en El Mundo Deportivo, que subsanó en un excelente artículo posterior, 20 de julio de 1945, anotando el orden que figura en uno de los cuadros anteriores y anotando una serie de interesantes comentarios. Por otro lado, Guinart, seguramente confundido por las noticias que iba recibiendo y tal vez por dicho error en el orden de salida, daba la noticia de la victoria de Mampel sobre Alekhine, cuando en realidad fue Bonet quien le venció. Fue un error psicológico, puesto que en el cuadro de puntuación que él mismo incluye, figura un cero en la casilla de Mampel y un uno en la de Alekhine, como veremos un poco después en el recorte del propio periódico. De todas formas, Guinart ya pronosticaba que Rico tenía el triunfo en la mano. Veamos la nota que figura más adelante, debajo de la caricatura de Rico y en la crónica de dicho diario, que dice: “RICO, líder y probable ganador del torneo”
Medina, que venía de ganar el I Gran Torneo de Ajedrez de Terrassa 1945, no pudo, en esta ocasión, alzarse con el título.
Peor fue la floja actuación del campeón mundial Alekhine, sorprendido por Bonet cuando tenía una partida franca pero una serie de errores lo crucificaron y, también, por Medina, aunque este último le ganó de forma contundente, después de dos aplazamientos, como se podrá ver en el pgn que se adjunta. No estuvo acertado Manuel de Agustín cuando el 13 de julio de 1945 (*) vaticinaba el seguro triunfo de Alekhine en un pequeño artículo aparecido en el periódico Voluntad, aunque al día siguiente en otro artículo decía, entre otras cosas, lo siguiente:
Si todas las cosas lógicas ocurrieran ni habría deporte ni nosotros haríamos comentarios. Bastaría con aplicar el razonamiento más simple para tropezar con la consecuencia esperada. Ayer Bonet, ese jugador modesto que comparte sus aficiones ajedrecísticas con el hogar y el trabajo, ganó una partida nada menos que al campeón del mundo.
(*) Unos meses antes, Manuel de Agustín había editado su libro Ajedrez Temperamental, en el que decía esto de Medina: “A los 24 años ha llegado a ocupar el más alto puesto del ajedrez hispano. Su estilo de juego es una absoluta y fiel expresión de la «furia española» aplicada al ajedrez. La combinación, su arma favorita; la lucha, su condición y la teoría, la base de sus originales concepciones”.
Manuel de Agustín no era un periodista cualquiera. También fue un notable jugador de ajedrez, capaz de lo mejor y de lo peor. En el Gran Torneo Internacional de Madrid 1943, que contó con los maestros Keres, Brinkmann y Sämisch, como los más cualificados, obtuvo buenas victorias sobre Arturito Pomar y Antonio Medina, y el estoniano Paul Keres tuvo que sortear diversos escollos, tal como reza el recorte de la página 38 del libro del torneo, editado precisamente por el Dr. Alekhine y que figura a continuación. En el pgn que se adjunta he incluido estas dos partidas. Por tanto, sus opiniones acerca de los diversos jugadores del torneo así como de los comentarios sobre las partidas creo que merecen toda la consideración.
Pero continuemos y veamos, antes, otro artículo de De Agustín, publicado en el mismo periódico, el 21 de julio de 1945, dentro de su columna Ese hombre que medita, titulado El modesto Medina, retrataba la personalidad del campeón español. De Agustín colaboró intensamente con el periódico Voluntad y prácticamente cada día, además de hacer una breve reseña de los jugadores importantes del torneo, daba a conocer los resultados e incidencias que se iban produciendo en el mismo. Estoy convencido que de estos artículos podremos extraer la verdadera personalidad de cada uno de los jugadores entrevistados.
Cuando presencié las sesiones de ajedrez, observé que tras unas gafas, hay un hombre que medita. Es Medina. Pero sepa que la primera mitad de la vida de este campeón de España es tal vez más interesante aunque con menos relieve que la que usted presencia.
Medina representa una generación, pertenece a un núcleo de ajedrecistas que no han salido de la Península. Cuando Medina coaguló como jugador, un vértigo atronador de cañonazos cerraba la frontera por mar y por tierra. Y sólo ahora, que se han levantado los puntos de mira de las bocas del cañón, para lanzar salvas de paz, Medina es el máximo español.
Cuando su primera época, Antonio Medina era ya una silueta bien definida. Su nariz más osadamente elevada, sus ojos más ingenuos y finos, su frente más ceñuda y su gesto más recatado. Medina, muchacho estudioso, sabía que nada podía esperar gratis de un juego que era lucha. Y este razonar le preparó para perseverar en un empeño de imponerse.
Día tras día, hora tras hora, Medina estudió y analizó. Paso a paso fue formando lo que hoy constituye su principal bajel y más preciado galardón: la cultura técnica ajedrecística de partidas y variantes.
En este segundo período brillante y cuajado de éxitos, sólo puede decirse que él llegó a donde se propuso. Hoy es un verdadero campeón. Lo ha demostrado en continuada lucha imponiendo su estilo alegre, su técnica joven experiencia breve. Ha demostrado que es campeón, porque como tal llega, se enfrenta, ataca, defiende y, como todo buen campeón, añora los aplausos y le entristecen los fracasos y le afectan las consecuencias. Pero Medina ama más el juego que el propio “yo”. Por encima de su título quiere el ajedrez en sí. Y olvida, cuando juega, la pose fotogénica para convertirse, como todo buen ajedrecista, en el hombre que medita.
Manuel de Agustín
El titular del periódico Voluntad de Gijón de 13 de julio dice: Pomar hace tablas con el portugués Lupi. Alekhine, Rico y Medina vencieron. Esto sería un texto sin demasiada importancia si no fuera porque a continuación Manuel de Agustín utiliza nuevamente su columna Ese hombre que medita para hablar del genio. Del gran Alekhine. Está claro que nadie presumía que al día siguiente, el genio, recibiría un terrible bofetón en su partida contra Arturo Bonet. Y es que, si se supieran los resultados que pudieran darse, tal vez los contenidos de las opiniones no serían los mismos.
Antes de pasar al “retrato” de Alekhine, Manuel de Agustín comentaba que la primera ronda fue celebrada dentro de un ambiento simpático, una organización magnífica, el clima ideal y el público numeroso. Añadía que Pomar consiguió un empate con el fuerte jugador portugués Lupi. ¡Y qué partida! añadía. Mampel y Gallego jugaron con mucho miedo y cautela entre ellos. Que Fernández se sintió extraño frente al tablero “como un polaco en los trópicos”, olvidándose una pieza frente a Rico. Que Bonet estuvo a punto de la primera sorpresa en su partida contra Medina, -que si conseguiría al día siguiente frente a Alekhine-, utilizando la variante Canal de la apertura italiana. Pero perdió tras seis horas de juego. Por otro lado, Clotas actuó como un coloso frente a Alekhine y solamente tumbó el rey al cabo de cuatro horas de juego.
Resumiendo: Seguridad en Alekhine; aclimatación en Lupi; consolidación en Pomar; categoría en Medina; suerte en Rico y lecciones para Bonet y Fernández. Y aquí puso punto final a los comentarios de la primera ronda.
El gran Alejandro
Cuando usted vaya a presenciar las sesiones de ajedrez, observe que hay un hombre que medita. Si le mira de cerca a los ojos los verá azules, grises o verdes, según el día. Pero no trate de entenderlos, porque tienen un fondo eslavo inescrutable. Si usted sigue con atención el contorno de la cabeza, la verá descejada, con prominente maxilar, pero no se extrañe, porque pertenece a un luchador, que durante más de veinte años, ha sabido defender con éxito su título de campeón del mundo.
Siga con atención su mano cuando proyecta coger una pieza y vera que si sus nervios fatigados hacen temblorosa la acción, sus dedos enérgicos en golpe rotundo, dejan el trebejo con justa estridez.
El gran Alejandro Alekhine, ha sido el campeón más discutido de todas las épocas, durante el reinado. Cuando Andersen -aquel cuyas combinaciones aún nos maravillan hoy- nadie se atrevió a dudar de su fuerza.
Del americano-latino Morphi se guarda en la historia del ajedrez un concepto de invulnerabilidad que ningún otro ha disfrutado tan sin oposición.
Steinitz, fue reconocido, sin duda alguna como el genio de su época que revolucionó los principios básicos del juego.
Lasker, le tildaron de luchador sin par, hasta que Capablanca le superó y cuando esta realidad existía llegó Alekhine y venció claramente, convirtiéndose en "el gran Alejandro", al margen de unas opiniones que consideraban a Capablanca como no inferior a su vencedor.
Nadie ha hecho tanto por el ajedrez, frente a la partida, como Alejandro Alekhine. El ha sido el hombre que le quitó al juego su posible anquilosamiento científico. A expensas suyas corrieron las innovaciones geniales, las sorpresas contra el laboratorio, el arte contra la academia.
Alejandro Alekhine no está jamás al servicio de una idea, ni es esclavo de una obsesión. Él, a cada jugador le ha hecho su partida, como nosotros a cada santo le ponemos su peana. Él, a cada uno venció con su estilo, como nosotros a cada día le damos su hoja de calendario. Por ello no es raro que su mano tiemble un poco, al ir a coger la pieza, porque un pulso que ha mantenido y mantiene veinte años un cetro mundial, tiene que estar a la fuerza vacilante, aunque a la hora de blandirlo lo haga con la energía y la justa precisión que el caso requiere.
No sabemos si en este torneo hará una nueva genialidad, ignoramos si precisará de todo su saber para vencer, pero estamos seguros de que su triunfo aparecerá claro, (*) porque por algo es Alejandro Alekhine, ese hombre que medita.
Manuel DE AGUSTÍN
(*) Ahí está el vaticino de Manuel de Agustín, que no se cumplió.
Poco sabía el notable periodista Manuel de Agustín que el “gran Alekhine”, como él lo calificaba, sería la noticia triste y desagradable del Torneo Internacional de Sabadell 1945, que se disputaría al mes siguiente. Vicenç Vallès, el gran jugador de la Unió Gracienca d’Escacs, comentaba de su puño y letra, en su cuaderno personal, que Alekhine se presentó a jugar su partida contra él en estado etílico y que apenas se podía sostener. Pero es que con su estado tampoco dejaba jugar... Verdaderamente un espectáculo lamentable, que Vallés no llegó a entender como el árbitro del torneo no lo sancionó de inmediato. Bien, sí, manifestaba, se trataba de Alekhine y si hubiese sido eliminado en la primera ronda, el torneo hubiera pasado a mejor vida, con toda seguridad. Podéis ver los comentarios completos en este enlace. Esta situación no era nueva en aquellos momentos, ya que algo parecido había sucedido cuando Alekhine disputó el título mundial contra Max Euwe.
Veamos ahora lo que contaba Manuel de Agustín en su columna Ese hombre que medita, sobre Arturito Pomar, en el periódico Voluntad de 19 de julio de 1945…
El fantástico Arturito
Cuando vaya a presenciar las sesiones de ajedrez observe que hay un hombre que medita. Ese hombre es pequeño. Es un niño que usted conoce. Se llama Arturito Pomar.
Pero precisamente este muchacho escueto ha sido la tragedia de cien adversarios. Ellos no se dieron cuenta de que enfrente de sí tenían a un hombre. Olvidaron que la valoración de esta palabra es tan relativa como tildar igualmente de tormenta a un chubasco o a un diluvio.
Si la hombría se alcanza por plenitud y por saber, ahí está una hombría a los trece años bien acreditada.
Si el mismo atributo de mayor, sólo vale por triunfo y popularidad, Arturo la ganó hace ya tiempo.
En mil ocasiones hemos visto jugar al niño prodigio. Siempre pendientes de sus partidas estuvo una multitud rogando por él y siempre, o casi siempre, el rezo final fue para el enemigo.
Le hemos visto enfrentarse a luchadores de la clase de Brinkmann y empatar, a maestros internacionales como Sämisch, y vencer.
Le hemos visto intervenir en unas eliminatorias y salir. Pasar a una final y colocarse y jugar un último torneo, y puntuar.
Le hemos visto mantener una partida hasta agotar la jornada, continuarla al día siguiente y acabar con el tiempo de meditación. Resistir la tercera vez, el reanudarla y tras nueve horas de juego, entre unas y otras, levantarse sonriente sin perder ni la partida ni el aplomo, ni la resistencia.
No sé, realmente, lo que puede conseguir un hombre cuando se dedica a una cosa con todo el entusiasmo, pero si la apariencia no me engaña en demasía, creo que alcanzará en colaboración con su talento y voluntad, triunfos, prestigio, experiencia y consagración.
Todas estas cosas las ha logrado Pomar, y lo que es más, ha conseguido cambiar de oriente la flecha de veleta de la opinión pública. Ha logrado que los ajedrecistas, cuando se sientan a jugar con él, piensen en luchar, que los jugadores lo califiquen de rival; los luchadores, de enemigo; los organizadores, de estrella; los deportistas, de colega; los niños de hombre y los hombres de igual.
Ha conseguido que cuando cien espectadores vayan acercándose a una partida y uno pregunte ‘¿Es Arturito Pomar?’, todos, casi a coro, le contesten ‘El niño Arturito Pomar, es ese hombre que medita’
MANUEL DE AGUSTIN
Manuel de Agustín también tuvo palabras para el campeón lusitano Francesco Lupi. No debía ser fácil para él hablar de alguien que fue víctima de un descalabro mayúsculo. Fue en la quinta ronda cuando se produce la estrepitosa derrota de Lupi ante Fernández Rúa, en sólo diez jugadas. Una partida de estas características debe hundir moralmente a cualquier jugador. Pero Lupi se repuso y, en la siguiente ronda, venció a Medina.
Así, en su clásica columna, decía esto del jugador portugués:
El portugués Lupi
Cuando conocí a Lupi fue en un Centro Ajedrecístico lisboeta. Pregunté por él y me dijeron: Es ese hombre que medita.
Le conocí poco, pero creí interpretarle mucho. Ustedes que le tienen aquí pueden conocerle mucho e interpretarle un poco y de paso juzguen si yo lo hice acertadamente. Conste que me valí de unos medios que él me dio en nuestra conversación cuando, transportado de su enorme pasión por el ajedrez, me preguntaba por los jugadores españoles, por nuestros libros, por nuestra técnica, simpatía, ambiente, estilo, afición. Lupi me preguntó todo cuanto puede ser interrogado sin faltar a esa compostura tan ceremoniosa, amable y simpática de un portugués caballeresco. Se advierte en él un ser concentrado con psiquis de sensible individuo. Se contrasta en él una elegancia de compostura, una rectitud de espíritu y una bondad de carácter, pero tal vez se olvida uno cuando le ve, de que es ajedrecista y, yo, ciertamente debo hablarles en ese aspecto.
Lupi, jugando contra Pomar,
ante la atenta mirada de Alekhine
(Fuente: La Vida de Arturito Pomar, de Fuentes y Ganzo)Como ajedrecista, Lupi tiene un estilo ortodoxo. Procura aplicar sus conocimientos de la forma más simple. Se exige a sí mismo más de lo que puede dar y sabiendo que quedará en menos, espera el justo medio de la virtud. A Lupi le duele como a pocos jugadores perder. No odia ni teme a la derrota. Pero se reprocha constantemente la causa original de su falta o defecto. Dedica al ajedrez por completo su voluntad. Antes de jugar, un descanso; antes del descanso, una orientación. A cada partida un estudio; a cada jugador un análisis temperamental; a cada jugada, un juicio preconcebido y así día tras día, con un andar de tortuga que llega, con un paso lento pero imparable, Lupi alcanza cuadro a cuadro el tablero internacional.
Ajedrecísticamente visita por primera vez España. En nuestra nación se estrena como ajedrecista y es en este Torneo, que se juega estos días, en donde el portugués Lupi debuta en lides extranjeras (*). Su actuación hasta el momento es buena, considerando los reveses que ha sufrido como consecuencias propias de su ambientación o de su nerviosismo, Lupi no ha hecho más que triunfar, porque hasta en las dos tardes que ha perdido se llevó los aplausos de un público que por estimarle le compadecía aquellos días y que al verle cabizbajo decía: qué lástima da ese hombre que medita.
MANUEL DE AGUSTIN
(*) Fue en marzo de 1945 cuando defendiendo a Portugal venció a Medina en una de las partidas disputadas en Estoril. Y, al año siguiente, en 1946, volvió a pisar suelo español (ver este enlace).
Antes de transcribir el artículo que Manuel de Agustín hablaba sobre Antonio Rico en el periódico Voluntad, recordemos que este maestro asturiano ya había representado a España en el match radiotelefónico jugado contra Argentina, y que tuvimos ocasión de ver en este enlace, y también formó parte del equipo español en las confrontaciones contra Portugal (ver este enlace).
El 8 de septiembre de 1948, Antonio Rico fue motivo de una efeméride inédita que reflejó toda la prensa local así como las revistas especializadas nacionales y extranjeras. Se trató de una sesión de simultáneas contra cien adversarios, la mayoría federados, jugadas en el patio de la antigua Universidad de Oviedo. Rico obtuvo un gran resultado: +70 =13 -17. En la fotografía que sigue, gentileza del amigo Luis Méndez, aparecida en el periódico La Nueva España, le vemos en plena concentración…
(*) En este enlace encontraréis toda la información sobre esta fiesta ajedrecista.
Este mismo año Rico volvió a vencer en el torneo internacional de Gijón, por delante de Baruch H. Wood, Francisco José Pérez y Lodewijk Prins.
Esta vez, Manuel de Agustín quiso resaltar las cualidades de Antonio Rico y en el periódico Voluntad, del 22 de julio, escribió lo siguiente en su espacio Ese hombre que medita que, en este caso, cambió por el de El hombre que se ríe:
El triunfante Rico…
Si celebra usted el homenaje íntimo a los ajedrecistas asturianos, no se olvide de de ese hombre que se ríe. Sabemos que le conocerá, estamos tan cierto de ello que no le publicamos ni la fotografía. Le bastará con buscar una sonrisa característica, sintomática de Rico. No sabemos quién nació antes, si la sonrisa o él.
Rico es esto: una sonrisa abierta que de ella cuelga un cuerpo pequeño. Encima de ella unos ojos vivos; el cuerpo flexible, casi desgarbado, pero ágil e inquieto; la mente despejada, la nariz aguileña, el mirar franco, la voz chillona, el alma inquieta, el fondo bueno y él, todo, español.
Si hoy sonríe, puede hacerlo. En los palmeros del ajedrez hispano, se recuerda la buena actuación de Rey Ardid en el Torneo Internacional de Barcelona cuando la Exposición (1929). Pero quedó alrededor del quinto puesto.
Otro éxito de los que nosotros considerábamos imborrable es el conseguido por el mismo jugador aragonés en el Torneo Internacional de Sitges con aquel puesto destacado.
En las dos siguientes imágenes, poco conocidas, le podemos ver …
Barcelona 1 de febrero de 1933
Simultáneas del Dr. Ramón Rey Ardid en el Ateneu Barcelonès
(Fotos: Archivo)Otro éxito que no se debe olvidar es el que logró recientemente el andaluz Fuentes, al llegar segundo detrás de Keres en el Torneo de Madrid, pero nunca ningún español fue primero delante del campeón del mundo; ni tampoco jugó en un torneo con el campeón de España, con Alekhine y con otros jugadores de categoría y consiguió ocho puntos de nueve posibles.
Hoy Rico está en plenitud de sus facultades. No queremos decir que su carrera ascendente llegará ya al techo; sería tanto como amputar una posible superación tan lógica como deseada. Pero difícilmente remontará a más altura la elevación que hoy consiguió para su ajedrez regional. Creemos que la cúspide de toda su carrera ajedrecística ha sido por él alcanzada hoy y que ha tenido la suerte de los privilegiados de poder izar en lo más alto de su triunfo la bandera de su tierra y de su Patria.
Hoy ha muerto “ese hombre que medita”. Ha dejado paso a “ese hombre que ríe”. Se va la semblanza rápida y esquemática de unos hombres que jugaron y deja en su lugar una carcajada de triunfo, de gloria y de satisfacción que la coreamos todos, desde los jugadores hasta los directivos, terminando en ese punto final que pone el que rubrica y que a fe de Dios quisiéramos que fueran puntos suspensivos para que así diera lugar a la continuación en otro año.
MANUEL DE AGUSTIN
El 18 de julio se celebró un almuerzo íntimo en uno de los restaurantes de Somió. Un detalle que el Casino La Unión tuvo con todos los jugadores participantes en el Torneo. El acto fue presidido por el alcalde de la villa -desde 1996 anexada a Gijón-, don Mario de la Torre, con el presidente del Casino, señor González del Río, y los jugadores Alekhine, Lupi, Medina y Arturito Pomar. También asistieron el resto de jugadores, los representantes de la Comisión de Festejos y directivos del Casino. La fiesta transcurrió en un ambiente muy grato y las muestras de agradecimiento fueron mutuas. Una de las curiosidades fue la entrega de un hermoso balón de reglamento a Arturito Pomar, quién también recibió del secretario del Real Sporting de Gijón dos insignias del club, destinadas a sus padres.
Manuel de Agustín continuaba con sus crónicas y así en el periódico del día 20 decía que:
El torneo no acaba hasta el último día. Los hay que en la penúltima ronda están decididos; que en la antepenúltima prácticamente han terminado. Pero éste a buen seguro que acabará el día 21, con el tic-tac del último reloj y hasta entonces, espectador, seguidor, observador y apasionado ajedrecista, hasta ese justo momento tendrás que vigilar, retener tus nervios, frenar la euforia y esperar (terrible palabra del ajedrecismo).
Ayer, Alekhine embrolló a Fernández ¿Has visto maniobrar a una araña, alargar sus patas, manejar sus hilos, liar, liar y liar para terminar ahogando? Esto ocurrió en la partida de Fernández y Alekhine.
Antonio Medina hizo una pequeña acumulación continuada de pequeña ventaja y así logró una victoria, que no fue pequeña, contra Mampel.
Bonet (y esta es otra ocasión para lanzar las campanas al vuelo) agredió al portugués Lupi de la forma más violenta que sobre el ajedrez se consigue. Empezó atacando y terminó ganando. Hermoso verso que en deporte no tiene igual.
Clotas ha demostrado que sabe perder de todas las maneras. Ayer, ante Rico haciendo gala de sus enormes recursos, se dejó una pieza: era el único tema que aún no había ensayado.
Y Gallego fue por lana y salió sin ella. Quiero decir en términos ajedrecísticos que planteó una celada al niño Arturito Pomar. Y el niño, dando vuelta a la oración, con la misma amenaza le ganó.
Para hoy tenemos nada menos que un desquite de amor propio del campeón del mundo. El doctor Alejandro Alekhine es hombre de mucha memoria y es de creer que él recuerda perfectamente aquellas tablas que el año anterior le hizo en este mismo Torneo el niño Arturito Pomar. Y si las recuerda él como las recordamos nosotros es de suponer que hoy querrá demostrarnos el campeón del mundo que sabe ganar no sólo partidas sino la opinión y el recuerdo.
Otra gran lucha de esta jornada es la Lupi-Rico. Si gana el asturiano quedará primero del Torneo, si -en la siguiente- Mampel no se opone. Y en cambio si gana el portugués, el primer puesto pasa a Alekhine. He aquí como nos vemos obligados a consignar las cinco horas venideras del juego de Caissa, como tal vez las más emocionantes de todo el certamen. ¿Qué pasará?
Pues, pasó que Rico venció a Lupi y al término de la octava ronda Rico continuaba en cabeza, con medio punto de ventaja sobre Alekhine y uno y medio sobre Medina, quedando toda la emoción para la última ronda con las partidas Rico-Mampel y Medina-Alekhine. O sea, que Alekhine debía esperar un tropiezo de Rico -que no llegó- y que él venciera a Medina. Y ninguna de las dos cosas sucedió.
Veamos ahora un par de partidas de este certamen. Es posible que no fueran las mejores; pero una cosa está clara, fueron clave para determinar los tres primeros puestos de la general…
Lupi, Francesco - Rico González, Antonio [B18]
II Torneo Internacional de Gijón (8), 19.07.1945
1.e4 c6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Af5 5.Cg3 Ag6 6.Cf3 Cd7 7.Ad3 Dc7 8.0-0 e6 9.Te1 Cgf6 10.c4 Axd3 11.Dxd3 Ae7 12.Ad2 0-0 13.b4 Tad8 14.Db3 Tfe8 15.Ac3 Ad6 16.Ce5 Axe5 17.dxe5 Cg4 18.Db2 Cb6 19.h3 Ch6 20.De2 Td7 21.a4 Ted8 22.a5 Cc8 23.Ce4 b6 24.Dh5 Td3 25.g4 Rh8 26.Te2 Ce7 27.g5?
[27.Ad2! (ver diagrama)
y Lupi tiene una cierta iniciativa]
27...Chf5? Rico le devuelve el favor.
[>=27...g6! 28.Dh4 (28.Dxh6?? Cf5-+) 28...Chf5 29.axb6 axb6 30.Df4 Rg7 con mejor posición para Rico.]
28.axb6?!
[>=28.Dxf7 ¿Por qué Lupi no tomó este peón? 28...Txh3 29.Td2!+/= ]
28...axb6?
[>=28...Dxb6 ]
29.Tea2?
[29.Dxf7!+/= ]
29...Cg6 30.Ta7 Db8 (ver diagrama)
31.Ta8??
Un error considerable que causará la pérdida del punto. [31.Txf7! Y no se ve como Rico podrá obtener ventaja de esta posición. 31...Cf4 32.Dg4 Cxh3+ 33.Rf1 Tf8 34.Taa7~~ ]
31...Dxa8 32.Txa8 Txa8
La situación de las piezas negras es confortable, mientras que las blancas no tienen acceso de ataque al rey negro.
33.Dg4 Ta3 34.c5 bxc5 35.bxc5 Taxc3
[35...Cfh4!-+ ésta aún era mejor!]
36.Cxc3 Txc3 37.Rh2 h6 38.Db4 Tf3 39.Db8+ Rh7 40.De8 Cxe5 41.gxh6 gxh6 42.Db8 Cd3 43.Dc7 Txf2+ 44.Rg1 Cd4 45.Dd7 Cf3+
Y Rico aseguraba medio título en esta partida
0-1
Medina García, Antonio Ángel - Alekhine, Alexander [B75]
II Torneo Internacional de Gijón (9), 20.07.1945
1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 g6 6.Ae3 Ag7 7.f3 a6 8.Dd2 Cc6 9.Cb3 h6 10.a4 Ca5 11.Ta3!? Ad7 12.Ae2 Tc8 13.0-0 Cc4 14.Axc4 Txc4 15.a5 Dc8 16.Cd4 0-0 17.Cde2 Rh7 18.Tc1 Ae6?!
[18...Db8 parece más coherente para poder dar paso a la torre en retirada,]
19.Ca4 Cd7 20.b3 Tc7 21.c4 f5 22.Cf4 Ag8 23.Cd5 fxe4
[=23...Axd5 24.exd5+/= ]
24.Cxc7 Dxc7 25.fxe4 Cc5 26.Cxc5 dxc5 27.Ta2 Ae5
La posición negra está complicada, pero ¿qué jugar? [27...Ae6 28.Tf1 Txf1+ 29.Rxf1 De5 30.Dd3 Dxh2 31.Axc5 Ae5 32.Ag1 Df4+ 33.Af2 Dc1+ 34.Ae1 Df4+ 35.Tf2+/- ]
28.Axh6! Axh2+ 29.Rh1 Af4 30.Axf4 Txf4 31.g3! (ver diagrama)
31...Tg4?
[31...Txe4 parece algo mejor]
32.Dc3!
Ahora ya se ven todas las debilidades negras.
32...e5 33.Th2+
[33.Df3 No era nada despreciable.]
33...Rg7 34.Df3 Ae6 35.Tf1
Y ya casi no vale la pena continuar.
35...De7 36.Rg2 Dd8 37.De3 Tg5 38.Tfh1 Ag8 39.Tf1?
[39.Th8! era definitiva]
39...Ae6 40.Tf2
[>=40.Dxc5 Ag4 41.Dd5+- ]
40...De7 41.Th1 Rg8 42.Td2
Esta fue la jugada secreta: 1er. Aplazamiento
42…Rg7 43.Dd3 Df8 44.Tf2?!
[44.Dd8!+- ]
44...De7 45.Td1 Tg4 (ver diagrama)
[>=45...Th5 ]
46.Dd8
Parece como si Medina estuviera dando vida a Alekhine [>=46.Dd6! Dxd6 (46...Txg3+ 47.Rxg3 Dg5+ 48.Rh2 Dh4+ 49.Rg1 Dg3+ 50.Tg2 De3+ 51.Rf1 Df4+ 52.Re1 De3+ 53.Te2 Dc3+ 54.Rf2+- y se terminaron los jaques) 47.Txd6 Ac8 48.Td8 y cae al alfil.]
46...Dxd8 47.Txd8
Pero ahora, claro, el negro tiene un tiempo de más, ya que el alfil no está atacado.
47...Txe4 48.Tb8 Rh6 49.Txb7 Rg5 50.Tb2 Af5 51.Tc7 Te3 52.Rf2 Tc3 53.Txc5 e4 54.Te2 Tf3+ 55.Re1 (ver diagrama)
55...Txg3?
Y ahora es Alekhine quien se equivoca. El peón de e4 no debía perderse. [55...Rg4! y la presión ha bajado un poco.]
56.Txe4 Txb3 57.Rf2 Td3 58.Re2 Ta3 59.Td4 Ta2+ 60.Re3 Ta3+
Esta fue la jugada secreta: 2º aplazamiento: cerca de las tres de la madrugada. En este momento ya se conocía el resultado de la partida de Rico contra Mampel (en algunos libros se habla de que la última partida de Rico fue contra Lupi, se trata de un error). Por tanto estaba en juego el segundo puesto.
61.Rd2
Y esta fue la jugada con que se reanudó la partida, a las 8 de la mañana del domingo… finalizando a las 2 de la tarde.
61…Rh5 62.Td6
Y el resto ya no merece comentario.
62...Rg5 63.Txa6 Td3+ 64.Re2 Td7 65.Tb6 Rf4 66.Td5 Te7+ 67.Rd2 Ae4 68.Tf6+ Rg4 69.Td4 Rg5 70.Tf1 Ab7 71.Td6 Rh5 72.a6 Aa8 73.Tg1 g5 74.Td8 Ta7 75.Tg8
[>=75.Th8+ Rg6 76.Tg8+ ]
75...Txa6 76.T8xg5+ Rh6 77.T5g3 Ta2+ 78.Rc3 Th2 79.Tg6+ Rh7 80.Tg7+ Rh6 81.T1g6+ Rh5 82.Th7+ Rxg6 83.Txh2 Rf6 84.Te2
1-0
Y en este momento, el silencio que había reinado en la sala de juego fue interrumpido con una sonora ovación, quizás la más cariñosa que Medina recibiera en toda su carrera. ¡Había caído un ídolo! Alekhine alargó en demasía la partida en una lucha contra su destino.
Y esta es también la clasificación final y los comentarios que Guinart Cavallé publicó en Mundo Deportivo…
La noche del sábado día 21 se procedió a la entrega de premios y otros obsequios donados por los distintos patrocinadores, Óptica Navarro, Librería Cervantes, Balbuena, Radio Norte, Librería La Escolar, Almacenes Soto, Óptica Covadonga, Ferretería Hernández… así como una medalla otorgada a todos los jugadores por el Bazar Gumer, cerrando el acto el presidente del Casino La Unión, señor González del Río, con unas palabras de agradecimiento.
Y, prácticamente, los actos terminaron el domingo 22 de julio, al mediodía, en los salones del Centro Asturiano de La Habana, con el agasajo ofrecido por la Sección de Ajedrez de dicha entidad a todos los participantes en el torneo y a la Comisión Organizadora, con la clásica copa de vino español.
Previamente habían tenido lugar ocho simultáneas a la ciega a cargo del ajedrecista-periodista Manuel de Agustín quién, en honor a la verdad, sufrió más de la cuenta, puesto que después de cinco horas de juego perdió por un rotundo siete a uno.
Todavía en el ejemplar de Voluntad del 22 de Julio, Manuel de Agustín hacía un repaso general a lo que había sido el torneo, donde decía más o menos lo siguiente:
¿Oyen? Es un tic-tac remoto que nos quedó en el subconsciente. Es aquel picoteo del reloj que les dijimos a ustedes que acabaría el Torneo. Es la última minutera, que loca sigue funcionando como un temblor epiléptico de la máquina que cesa. Antes de pararse los relojes vieron, como ojos de un mochuelo diurno, la derrota de Bonet frente a Fernández. La victoria de Rico con Mampel y el triunfo de Lupi sobre Gallego. Y los mismos relojes abrieron más sus desorbitados ojos cuando vieron que el desconcertante Closas concedía un empate al niño Arturito Pomar que tenía favorablemente planteado; tan favorablemente que bien podía esperarse la victoria. Y los mismos círculos encandilados fueron los que presenciaron el asombro de la tarde. Vieron como es Medina, ese campeón de España que ha tenido la partida perdida ante Fernández, que ha sido derrotado por Lupi y por Pomar, ese mismo campeón era el que hacía en la última jornada la última hombrada: la de dominar a Alejandro Alekhine, que se defendió con una defensa siciliana hasta donde la defensa podía llegar. Y perdía cuando ya ni una genial defensa servía para nada. Sí, querido lector, han sido los relojes los que han guiñado picarescamente el ojo con el pestañear de sus minuteros. Han sido ellos, los que han visto terminar primero al asturiano Rico, con ocho puntos en este Torneo Internacional; segundo, a Medina, con seis y medio, y tercero a Alekhine, con seis y medio también; cuarto ha quedado Pomar, sumando la bonita cifra de cinco puntos y medio; quinto el portugués Lupi con cuatro puntos, y sexto con cuatro puntos igual, el asturiano Bonet; séptimo puesto el de Fernández, con tres y medio; octavo el de Mampel y noveno el de Clotas, ambos con dos y medio; décimo Gallego, que para satisfacción suya también puntuó dos tantos.
Todo esto ha quedado del Torneo. Un recuerdo para Asturias y de Asturias. Un dato para la historia; un ejemplo para España; un éxito para componentes y organizadores y un tic-tac que si ustedes no oyen a nosotros aún nos suena en los oídos.
MANUEL DE AGUSTIN
Y aún figuraba una nota complementaria, de última hora, que decía lo siguiente:
A las dos de la madrugada, la partida Medina-Alekhine ha sufrido un segundo aplazamiento. Las probabilidades de victoria siguen manifiestamente a favor del español. No obstante, en ajedrez, y mucho menos ante un genio como el campeón del mundo, nos es posible afirmar rotundamente cuál será el resultado que esta mañana, a las once, debe decidirse.
Pero Medina, haciendo gala de su estilo, venció y convenció, como ya hemos observado antes al visualizar su partida.
Algunas de las partidas de este torneo las podréis ver en el pgn que se adjunta. No son muchas, pero es todo lo que he podido localizar hasta la fecha. Pero existen un par de datos significativos. El primero de ellos es que he podido encontrar tres partidas más en el libro La Vida de Arturo Pomar, de Juan Manuel Fuentes y Julio Ganzo. Y por otro lado, tres de las partidas incluidas en dicho archivo tienen su pequeña historia, que voy a contar. Mejor dicho, voy a incluir las dos páginas y media que figuran en el ejemplar nº 109 de Ajedrez Español, enero de 1951, páginas 19 a 21. Así que podréis leer detenidamente cómo se pudieron recuperar las partidas Medina-Bonet, Mampel-Gallego y Fernández Rúa-Rico… y que por azares de la historia pasaron desapercibidas para muchas personas, al no ser incluidas en el año del torneo. En total son tres partidas que Félix Heras hizo llegar a Carlos Sanz por medio de Pablo Morán. Son tres partidas comentadas por Alekhine y que Lupi tenía pensado incluirlas en su libro sobre el II Torneo Internacional de Gijón de 1945 así como el campeonato de España del mismo año. Pero al fallecer Alekhine parece que todo esto quedó en nada. En definitiva, seis partidas que han pasado a engrosar el número de las conocidas. También he incluido más de 400 partidas de Rico; todas las que he podido localizar.
El Torneo se jugó a un ritmo de 16 jugadas a la hora, desde las cuatro y media de la tarde hasta las nueve y media de la noche.
Y para terminar, además de que espero que los amigos asturianos sepan disculpar la osadía de haber introducido algunas imágenes de sus blogs en este artículo, así como que también sean benévolos en la crítica sobre el contenido de todo lo que aquí se ha comentado, debo dar una buena noticia -a todos los que no la conozcan- para los amantes de la Historia del Ajedrez. Hace unos cuantos días recibí de los hermanos Luis y Pedro Méndez Castedo (ver su blog Comentarios de Ajedrez) el libro que recoge la imagen siguiente, con dedicatoria incluida. En dicho libro no figura solamente la información de los torneos celebrados en Gijón desde el año 1944 hasta 1965, sino que, además, también se incluyen los jugados en Avilés. El libro, que reúne un total de 213 partidas, básicamente de los torneos indicados, consta de 283 páginas, con profusión de comentarios sobre cada uno de ellos y de los jugadores concursantes. Veamos el comentario de los editores sobre el libro en cuestión que figura en el blog citado hace unos momentos…
En resumen, un libro muy interesante que viene a dar un poco más de luz a la conservada y discreta Historia General del Ajedrez en España y que recomiendo a todos los estudiosos de la misma.
Joaquim Travesset
12 de Marzo de 2015
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