Resulta fácil comparar una partida de ajedrez con una batalla. Efectivamente, nos encontramos con dos ejércitos (las piezas blancas y las piezas negras), un campo de contienda (el tablero de ajedrez) y dos generales (los ajedrecistas que se enfrentan entre sí). Además, el ajedrez cuenta con su estrategia y su táctica, igual que en una batalla, los ejércitos (las piezas) deben colocarse de una manera adecuada tanto para atacar como para defenderse y todas las fuerzas deben coordinarse para conseguir un objetivo común, derrotar al oponente.
La contienda ajedrecística se inicia con las primeras jugadas realizadas, denominadas apertura, al desarrollar las piezas. Así podemos decir que el desarrollo en ajedrez constituye la entrada en acción de las piezas, las cuales, en su posición inicial, no pueden realizar ningún movimiento con excepción del caballo que es el único que puede saltar sobre los peones.
Una vez que sabemos en que consiste el concepto de desarrollo, podemos pasar a analizar el concepto de centro, constituido por las casillas e4, e5, d4 y d5. La importancia de las casillas del centro es evidente ya que es donde las piezas alcanzan su mayor potencia y efectividad, basta con comparar el número de casillas que domina cualquiera de las piezas de ajedrez en este sector del tablero, con cualquier otro sector. El campo de acción de las piezas en el centro es mucho mayor. También es palpable que desde el centro las piezas pueden desplazarse con mayor rapidez a cualquier otro sector del tablero de ajedrez. Todo esto nos indica que durante la contienda ajedrecística debemos luchar por dominar y, de ser posible, ocupar las casillas centrales.
Volviendo sobre el concepto de desarrollo, el excampeón mundial de ajedrez Emanuel Lasker sentó los siguientes principios generales:
1) Comenzar la partida con el peón de rey o el de dama
Es conveniente empezar el juego moviendo los peones centrales ya que son los que dejan paso libre a mayor número de piezas. Así por ejemplo, si movemos el peón de dama, damos salida a la dama, un alfil y habilitamos una casilla para un caballo. Obviamente también podremos poner en juego el rey, pero mover el rey durante el comienzo de la partida de ajedrez resulta muy peligroso, salvo que sea para realizar el enroque. Por otro lado, es fácil comprobar que mover inicialmente el peón de rey tiene los mismos efectos que si usamos el peón de dama.
Nota: También se considera aceptable iniciar el juego con el peón de alfil de dama o con el caballo de rey, pero finalmente siempre se acabarán avanzando los peones centrales.
2) Hacer jugadas de desarrollo que amenacen algo
Por ejemplo, después de jugar 1. e4, e5, el desarrollo del caballo con 2. Cf3 resulta ser una buena jugada. No sólo ponemos en juego una pieza sino que, también, amenazamos un peón enemigo que además se encuentra en el centro. Por razones similares, se puede decir que la respuesta del negro 2... Cc6 es también buena, ya que desarrolla una pieza y a la vez protege el peón central que está siendo atacado.
3) Desarrollar los caballos antes que los alfiles
La razón es bien sencilla, el caballo, desde su posición inicial, sólo domina casillas que ya están controladas por otras piezas o peones. Por lo tanto, para que el caballo sea eficaz y tenga alguna actividad es necesario desarrollarlo. Sin embargo los alfiles, tras jugar 1. e4 o 1. d4 ya dominan una buena diagonal en la que algunas casillas sólo están controladas por dicho alfil, es decir, el alfil tiene alguna actividad sin necesidad de haber sido desarrollado.
4) Elegir la casilla más conveniente para una pieza y moverla allí de un solo movimiento
En resumen, no es conveniente jugar dos o más veces la misma pieza de ajedrez durante la apertura.
5) Hacer sólo uno o dos movimientos de peón en la apertura
Así resaltamos la importancia que tiene el desarrollo todas las piezas, ya que otros movimientos de peón no facilitan el desarrollo de ninguna pieza adicional.
6) No movilizar la dama prematuramente
Ya sabemos que la dama es la pieza de ajedrez con mayor valor. Si la dejamos en la casilla inicial evitaremos que pueda ser atacada por piezas de valor inferior, viéndose obligada a retroceder y facilitando el desarrollo de nuevas piezas del adversario.
7) Enrocar tan pronto como sea posible
El enroque resguarda al rey y, además, se moviliza rápidamente una de las torres.
8) Realizar jugadas para dominar el centro
Ya he mencionado anteriormente porque son tan importantes las casillas centrales.
9) Intentar mantener al menos un peón en el centro
Un peón en el centro domina casillas de vital importancia y evita que las piezas del enemigo se ubiquen sobre ellas.
Por último mencionaré que todos estos principios tienen sus excepciones, pero que básicamente son conceptos muy válidos a la hora de ejecutar los primeros movimientos de una partida de ajedrez.
2 comentarios:
Muy buen minitutorial que seguramente sera de ayuda para muchos que apenas empezamos. Te felicito
También agradezco la elaboración del blog y sobre todo la redacción de esta entrada.
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