Si durante el transcurso de una partida de ajedrez amenazamos una pieza enemiga, no hay que indicárselo al adversario. Es éste el que debe ver las amenazas y tomar las medidas defensivas oportunas. Sin embargo, cuando se amenaza al rey del otro bando, aunque las normas del ajedrez no obligan a hacerlo, lo normal es indicárselo al contrario utilizando las palabras jaque al rey o, simplemente, jaque.
En el diagrama podemos ver una posición sobre un tablero de ajedrez, en la que el rey negro se encuentra en jaque pues la dama blanca le amenaza. En estos casos es obligatorio defenderse y apartar al rey de la amenaza.
Cuando nuestro rey está en jaque hay tres formas de defenderse:
1) Capturando la pieza agresora. En la posición de ajedrez del ejemplo podríamos capturar la dama con la torre y además nuestra torre daría jaque al rey blanco.
2) Moviendo el rey a una casilla que no dominen las piezas del adversario. En este supuesto nuestro rey tendría disponibles las casillas d7, d8 y f8, ya que, las casillas f7 y e7 están dominadas por el peón de g6 y la dama, respectivamente.
3) Interceptando el jaque con una pieza propia. En este caso se trataría de mover el alfil desde a3 a e7, de manera que se interponga entre su rey y la dama enemiga. En términos ajedrecísticos esta acción de denomina cubrir el jaque o cubrirse del jaque.
Esta última forma de defensa no es factible contra los jaques de caballo o peón, debido al peculiar movimiento de estas piezas.
El jaque mate
Como ya se ha hablado en algún que otro artículo de este blog, el objetivo en una partida de ajedrez es la captura del rey adversario. El que lo consigue es el vencedor. Si bien, la captura del rey nunca se llega a consumar, esto es debido a que la partida de ajedrez finaliza automáticamente cuando se da jaque y el rey amenazado no puede eludir la amenaza de ninguna de las maneras arriba explicadas.
En el diagrama de ajedrez adjunto podemos ver una posición en el que el rey negro está amenazado por la torre blanca y además, el resto de las casillas están dominadas por piezas contrarias (f8 y d7 por la misma torre que da jaque y e7 y f7 por el rey). Por otro lado, la torre no puede ser capturada por el rey ya que está defendida por el caballo blanco. Además, la torre y el alfil negros no pueden interceptar la acción de la torre blanca. Cuando un rey se encuentra en esta situación decimos que está en jaque mate.
Cuando se dan estas circunstacias, la partida de ajedrez termina resultando vencedor el bando que ha dado el jaque mate (en nuestro ejemplo las blancas).
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