Artículo de Joaquim Travesset
Torneo Internacional de Zúrich 1959, magnífica victoria de Mikhail Tal y excelente actuación de Svetozar Gligoric
(*) La firma manuscrita de Mikhail Tal en el libro del torneo la realizó, a petición, durante su estancia en Barcelona, cuando acompañó a Karpov en la recogida de uno de sus Óscar Mundial de Ajedrez. Al final de esta crónica de Zúrich 1959 podréis ver otra imagen de Tal, realizada en Barcelona-1992, en una de las últimas partidas de su vida.
Es posible que sobre el Torneo Internacional de Zúrich 1959, y el que comentaré más adelante de 1961, se haya escrito mucho y suficiente. A pesar de ello y como sea que tenía a mano los dos excelentes libros de dichos torneos, aunque sea muy superficialmente y para hacer descansar los recuerdos de los artículos sobre los primeros tiempos del ajedrez en Cataluña y también en el resto de España, he decidido, por la gran cantidad de información gráfica de su contenido, hacer esta crónica como un merecido recuerdo a todos aquellos grandes jugadores que supieron despertar la afición por el Ajedrez y elevaron la fiebre y la pasión por el juego a los más altos grados de temperatura.
Quizás podemos pensar que en ambos torneos no concurrieron todos los grandes maestros de aquella época, pero sí que los que entraron en la nómina de cada uno de ellos, fueron parte muy importante para que el rescoldo no solamente se mantuviera sino que alcanzara cotas inimaginables. Entre todos ellos hubo uno, Mikhail Tal que, con su intuición, su temperamento y la belleza de muchísimas de sus combinaciones, dejó una estela considerable de admiradores que con el paso de los años aún le mantienen en la cima del pedestal, como el más famoso de los jugadores de ataque, así como uno de los más grandes genios del ajedrez. Y este personaje fue, precisamente, el vencedor del primero de los torneos que estoy relatando, a pesar que tuvo un debut desafortunado al perder en primera ronda contra el suizo Bhend.
En el siguiente enlace, encontraréis una pequeña biografía sobre la historia ajedrecista de este genio, cuyos dos últimos párrafos lo definen sobradamente:
“Tal apareció en una época en que normalmente se jugaba a “no perder”, con mucha precaución, primando la máxima de “seguridad ante todo”. El resultado de tablas era el más habitual en las luchas de los grandes maestros. Tal revolucionó este panorama. Era amante del ataque, de los sacrificios, de peligrosas y oscuras complicaciones tácticas. Su intuición para jugar estas posiciones era extraordinaria, como asimismo su audacia. Muchas de sus combinaciones eran incorrectas, pero sus rivales perdían la cabeza por la complejidad de las posiciones que surgían en el tablero. La gran confianza de Tal en sí mismo le dio muchas victorias, sobre todo en sus primeros años, hasta 1960.
Tal ha sido posiblemente el más amable y simpático de todos los campeones mundiales. Amigo de todos los ajedrecistas, siempre estaba dispuesto a jugar una partida amistosa con quien se lo propusiera, sin reparar en la categoría del contrario, aunque ésta fuese la más humilde de las posibles. La gran importancia de Tal en la historia del ajedrez no sólo radica en sus impresionantes éxitos ante el tablero y en haber sido campeón del Mundo, sino también en insuflar nueva vida al ajedrez en una época tan pacífica. Junto a Alekhine, fue el mejor combinador del pasado siglo.”
Aquí tenemos la portada del libro editado sobre este torneo. Un libro excelente que empieza con una introducción de Alois Nagler, entonces presidente de la Schachgesellschaft Zürich, con una alusión directa a uno de los primeros presidentes de la misma, Fritz Widmann, siguiendo con unos prefacios de Robert Blass, Fritz Johnner y del Dr. Charles Perret.
En dicho libro, además de una notable profusión de imágenes de todos los ajedrecistas que concurrieron, obra de los expertos Rolf Schroeter y Robert Gnant, figuran la totalidad de las 120 partidas jugadas. Se da el caso curioso de que las notas y transcripción sobre cada una de ellas varían de comentarista según sea la ronda en que se había jugado. Así, Max Euwe se inclinó por comentar todas las partidas de las rondas primera a cuarta; Tal, la quinta y sexta. Unzicker, la séptima; Gligoric, la octava y novena; este mismo jugador conjuntamente con Petar Trifunovic, la décima; de la décimo primera a décimo tercera, se ocupó Barcza; y las dos últimas tuvieron a Paul Keres como protagonista aunque, en la penúltima, tuvo la complicidad de Salo Flohr.
Salo Flohr, en un dibujo de Henry Grob,
Petar Trifunovic y Max Euwe
(Tres grandes jugadores y comentaristas)
Clasificación final por puntuación del
Torneo Internacional de Zúrich 1959
(podéis hacer clic sobre la imagen para ampliarla)
Las siguientes imágenes corresponden a los otros 14 jugadores que completaron la nómina de inscritos, en las que podemos ver a un joven Robert Fischer…
Como ya había dicho al comienzo, Tal empezó mal. Su derrota ante Bhend le obligó ir a remolque del resultado de sus contrarios. Hasta el final de la quinta ronda no logró dar alcance a los líderes, Fischer, Keres y Barcza. Luego quedaron descolgados Keres y Barcza, mientras el Dr. Erwin Nievergelt solamente llevaba medio punto de seis partidas. Y no fue hasta la novena ronda, después de otras cuatro victorias consecutivas que Tal ascendió al primer lugar, de donde ya no sería expulsado, mientras Gligoric, Fischer y Keres continuaban guardando las distancias y el resto también se mantenían en sus lugares, salvo un pequeño bajón de Donner y la recuperación de Larsen. Al final, Nievergelt aún pudo sumar dos puntos más, viéndose recompensado con las tablas frente a Keres… que le costarían a éste el segundo lugar. Pero hubo una excepción en el liderazgo de Tal: En la ronda 13 Gligoric vence a Tal y anima el torneo. Fischer lidera la clasificación por mejor Sonneborn-Berger, pero en la ronda siguiente Fischer, sorprendentemente, pierde ante Keller y arruina sus aspiraciones. Pero quedaba la última ronda, donde tenían que verse las caras el norteamericano y el letón… y éste alcanzó tablas… que eran suficientes para él, pero no así para Fischer, que incluso perdió el segundo lugar por peor desempate. Al final un triunfo merecido, pero sufrido, del genio de Riga. Pero para mayor claridad he confeccionado el cuadro de puntuación progresiva que sigue…
Después de todo esto, y para ver a Tal en su elemento, os recomiendo que veáis la partida jugada contra Keller que figura en el pgn de Zúrich 1959. Pero, es más, he incluido en el pgn otra partida de Tal, jugada en el Interzonal de Ámsterdam de 1964. Esta partida siempre me ha parecido sensacional. No por la precisión de las jugadas del gran maestro letón, sino porque en ella se ve su instinto y su romanticismo deslumbrante, desafiando todos los peligros. La partida está sin comentar; es preferible que cada uno saque sus conclusiones. Tal, según creo, está perdido en diversos momentos, pero es tanta la presión que ejerció contra Portisch, después de sacrificar cuatro piezas, una detrás de otra, y tantas las variantes que debía examinar el gran jugador húngaro, -que veía mates por todos lados- que se vio apremiado por el reloj. No solamente no supo encontrar la mejor línea, sino que se acogió a las tablas por jaque continuo como si fueran un verdadero salvavidas. Creo que es una partida en la que podemos ver una memorable batalla y todo el genio de este hombre que sacrificaba la seguridad para encontrar la belleza.
Observad las dos siguientes imágenes de Tal. La primera (izquierda), figura en el libro de J. Hajtun, Selected best games, y la segunda es de su última estancia en Barcelona, en 1992, a raíz de un torneo internacional. En dichas fotografías podéis ver en Tal la misma posición, la misma concentración, el mismo interés… Podríamos decir que son imágenes idénticas… si no fuera porque el tiempo ha dejado entre ellas su terrible huella.
(*) Esta fotografía corresponde al torneo celebrado en 1992 en Barcelona. Poco tiempo después Tal fallecería. Es posible que una de sus últimas partidas fuera la que jugó en Barcelona contra Akopian, que me he permitido incluir en el pgn. En ella aún se ven los destellos de su indudable genio.
Y gracias al amigo Joan Barnola, que hace mucho tiempo me facilitó la copia del original de la partida Tal-Akopian, que le fue entregada por el propio Tal, ha sido posible que la pueda incluir en este artículo. A pesar que no se distingue muy bien la escritura, aún podemos ver, aunque poco nítida, la anotación con la letra de Tal.
En aquella época Joan Barnola regentaba el restaurante Aquarium en el centro de Barcelona, donde iban a comer la mayoría de los jugadores que jugaron el torneo. El año anterior, en 1991, a resultas de otro torneo, Smyslov también frecuentó el restaurante. Como sea que los jugadores soviéticos quedaron contentos de las atenciones recibidas, Smyslov le hizo entrega a Joan Barnola de un obsequio que, a título de curiosidad, podemos ver después de la partida de Tal. Ya sé que todo esto poco tiene que ver con el torneo de Zúrich, pero me ha parecido que estos detalles siempre son interesantes de contar.
* * *
Torneo Internacional de Zúrich 1961, gran victoria de Paul Keres con Tigran V. Petrosian brillante segundo
En esta ocasión, nuestro ya conocido maestro internacional y gran dibujante y pintor, Henry Grob…
… fue quién editó Schach - U. Kunstverlag Grob. Zürich 32, un magnífico libro de este torneo internacional, que se disputó entre los días 27 de mayo y 12 de junio de 1961 en el Kongresshaus de Zúrich. El libro, de 72 páginas, contiene toda la información del evento, así como las 66 partidas y una profusión de imágenes de los contendientes, de la sala de juego y de los diferentes entretenimientos y pasatiempos que se tomaron los jugadores en sus momentos de descanso. También diversas vistas de la ciudad de Zúrich, así como alguna de sus pinturas.
Al abrir el libro, y al final del prólogo de Henry Grob, justo antes de empezar el de Alois Nagler, me encuentro con una octavilla, en alemán…
… en la que, más o menos, indica lo siguiente:
“Fecha del sello (Se refiere a la fecha de la carta, donde viajaba el libro del torneo, enviada a Ricardo Guinart Cavallé).
Comunicación al Director de la columna de Ajedrez
¡Muy estimado amigo ajedrecista!
Encontrará adjunta una nueva obra por reseñar. Precio del libro Fr.
Atención: Fuente de proveimiento en Suiza:
Schachverlag Grob, apartado de correos 248, Zúrich 32.
Solicito amablemente que, a la atención del editor, envíe a mi dirección de la editorial 2 ejemplares justificativos de vuestro artículo que acaba de aparecer.
¡Muchas gracias por adelantado!
Saludos cordiales.
Henry Grob”
Volviendo sobre el prólogo de Alois Nagler que comentaba más arriba e incluido por Grob en su libro, aquél decía, con el título de Entre bastidores (Hinter den Kulissen), y refiriéndose a las dificultades que todo el mundo se encuentra cuando organiza torneos de envergadura, más o menos lo siguiente:
“El torneo internacional de grandes maestros de Zúrich, que se celebró del 27 de mayo hasta el 12 de junio de 1961 en el Palacio de Congresos, empezó casi exactamente un año antes, es decir, el 24 de mayo de 1960, a raíz de una llamada telefónica completamente inocua que contenía esta petición:
"Buenos días, Alois. ¿No podrías concederme esta noche un cuarto de hora después del horario de oficina? Mientras tomamos un refresco en una cervecería me gustaría comentarte una cosa."
Este cuarto de hora se alargó mucho, y cuando nos dimos la mano ya estaba puesta la primera piedra del torneo que queda plasmado definitivamente en este libro. Al día siguiente hice una visita a mi Banco, con una cartera bien llena; deposité la suma considerable que mi amigo Robert Meyer me había confiado e inmediatamente después tuve la previsión de alquilar, en el Palacio de Congresos de Zúrich, las salas correspondientes por el tiempo que durase el torneo que planeábamos.
Todo fue como una seda. Las invitaciones a los participantes se enviaron ya en agosto de 1960, y los doce maestros, animados, respondieron afirmativamente, con la excepción de Lothar Schmid, que pidió tiempo hasta final de año para pensárselo. El 27 de diciembre, pero, recibí la confirmación de este maestro; la revistió con mucho humor con las siguientes palabras:
"Si la enfermedad, la quiebra o las elecciones a canciller de la República no me lo impiden, yo, según se puede prever, llegaré a Zúrich el 27 de mayo de 1961, quizás acompañado de mi ayudante, Ingrid Schmid (¡me refiero a mi esposa!), que, no obstante esto, ¡me podría costar algunos puntos!"
Por tanto, ya no podía pasar nada: los dineros estaban asegurados, encima de la mesa teníamos las confirmaciones de los maestros invitados, las salas estaban reservadas. Tres semanas antes de comenzar el torneo, escribía, de buen humor y, aparentemente, liberado de toda clase de preocupaciones, la introducción que sigue para el programa oficial:
"Si la Sociedad Ajedrecista de Zúrich, dos años después de su gran torneo de aniversario, puede volver a ofrecer un torneo internacional de grandes maestros, esto sólo es posible gracias a su leal aficionado, y antiguo y conocido jugador de simultáneas a ciegas, Robert Meyer (Zúrich). Ha sido él quien ha puesto a disposición los medios financieros para este acto, de manera que la junta directiva de la sociedad ajedrecista de Zúrich solamente tuvo que ocuparse de la planificación y la ejecución.
Una vez más concurren en este torneo algunos de los grandes maestros de más éxito de la élite mundial. Han aceptado amablemente nuestra invitación, de un lado porque tienen mucha amistad tanto con la entidad organizadora como con su mecenas y, por el otro, porque les hace mucha ilusión volver a ver nuestra bella ciudad. No dudamos que, también este torneo, que ha captado la atención mucho más allá de nuestras fronteras, enriquecerá la bibliografía ajedrecística con muchas partidas magníficas, pues allá donde los expertos como Tal, Gligoric, Keres, Lombardy, Pomar, Schmid y Mikenas crucen sus espadas, el aficionado sabe, por adelantado, que verá luchas variadas y movidas. "
A duras penas se habían impreso las primeras pruebas del programa con todos los nombres de los participantes, llegó la primera mala noticia: Pomar estaba enfermo en la cama y, como mínimo, ¡estaría tres o cuatro meses sin poder jugar! Telegrama y carta urgente a Bent Larsen, se espera impaciente la respuesta, suspiro de alivio después de dos días: ¡Larsen viene! Cambio en la imprenta: se borra a Pomar y se pone a Larsen. Nuevas pruebas. Dos días después llega por telegrama la negativa de Tal pero, afortunadamente, al mismo tiempo también el nombre de su substituto, que no es otro que el campeón de la URSS, ¡Tigran Petrosian! Respiro: todo ha ido bien. Vuelvo a dormir tranquilo; cuatro días antes del comienzo,¡¡ negativa de Vladas Mikenas!! ¿Qué se puede hacer? Llamada telefónica a Belgrado de buena mañana para tener la seguridad, está claro, que encontraré al amigo Petar Trifunovic aún en la cama. La suposición ha sido correcta. Contesta adormecido; después de mi primer suspiro profundo, Trifunovic está fresco como una rosa: "Llevaré a Matanovic o a Matulovic a Zúrich; yo mismo no puedo participar tan improvisadamente, soy demasiado viejo".
Esto es, en estilo telegráfico, una pequeña cata de las alegrías y de los sufrimientos que tiene un organizador de torneos. Si me preguntaseis, no obstante, si después de todas estas horas y días emocionantes dejaría definitivamente mi trabajo de organizador, estimado lector, os tendría que decepcionar. Precisamente estas emociones antes, durante y después del torneo son mi elixir de la vida ajedrecista; ¡quiero demasiado el arte del ajedrez para abandonar nunca voluntariamente la lucha con la "fuerza del destino" de Caissa!”
* * *
Por su parte, Guinart Cavallé iba comentando periódicamente en El Mundo Deportivo la situación del torneo y, aunque con algunas lagunas en la puntuación de los resultados, por las correspondientes partidas aplazadas, podemos ver una pequeña crónica del día 16 de junio de 1961…
Aunque un poco más tarde, también Román Torán comentó en La Vanguardia el triunfo de Paul Keres, así como la partida jugada contra Lothar Schmid.
Encima de estas líneas hemos visto el telegrama enviado a Alois Nagler, calle Rieter 33, de Zúrich, en el que, con cierta pomposidad, los dos campeones soviéticos que lo firman dicen lo siguiente:
“Felicitamos a la mundialmente y eternamente joven sociedad ajedrecista de Zúrich y a su alma, el presidente Nagler, por la organización e inicio de un nuevo e importante torneo. STOP. Los saludos y deseos más cordiales a todos los ajedrecistas suizos, especialmente a Alois Nagler, Robert Meyer y a Hans Ott. (*) STOP. Sin duda, el tercer torneo de Zúrich también pasará gloriosamente a la historia del ajedrez. STOP. Muchos éxitos creativos a todos los participantes y mucho placer a los espectadores.
Mikhail Botvinnik - Salo Flohr.”
(*) Hans Ott fue un notable problemista suizo, como también lo fueron Otto Zimmermann y Hans Johner. Estos tres compositores, conjuntamente con el alemán Gerhard Wolfgang Jensch, dedicaron sendos problemas a los organizadores del anterior Torneo de Zúrich de 1959, que fueron publicados en la página 231 del libro del torneo. Al final de los artículos insertaré el que corresponde a Hans Ott; un problema de mate en cuatro jugadas, que Ott compuso para dedicárselo a Alois Nagler, presidente del Schach-Gesellschaft Zürich.
Alois Nagler, dando la bienvenida a los
jugadores y sorteando su número de orden
(que fue el que figura en el cuadro de clasificación que veremos después)
Veamos las imágenes de los doce jugadores… y, entre ellos, Walther y Bhend siempre con su inseparable cigarrillo
El torneo estuvo bien controlado por Keres. Kupper y Lombardy compartían liderato al final de la cuarta ronda, mientras Keres y Gligoric, a medio punto, iban tras ellos. Schmid, con dos puntos y medio, estaba bien situado, mientras Larsen y Petrosian, que habían perdido con anterioridad ante Lombardy y Keres, quedaban rezagados, únicamente con dos puntos. A partir de la quinta ronda toma el mando Keres, que ya no lo dejaría hasta el final. Empiezan a flaquear Kupper y Lombardy. Gligoric y Petrosian suben a la segunda y tercera posición al final de la sexta ronda, pero Gligoric pierde el segundo puesto a favor del armenio al final de la séptima. En la octava ronda Keres entabla y Petrosian se le acerca peligrosamente. Larsen –irreconocible con barba y bigote- asciende a la tercera posición. Novena ronda: todo continúa igual, excepto Larsen que cede su sitio a Gligoric. En la penúltima ronda Keres hace los deberes, venciendo a Keller, mientras Petrosian pincha ante Kupper, consiguiendo únicamente tablas. En este momento Keres, entablando la última partida, sería el vencedor. Y así se llega a la última ronda donde Petrosian vence a Larsen… pero Keres firma tablas con Walther y se asegura el torneo. Los cinco maestros suizos terminaron en las últimas posiciones, pero tanto Walther, como Keller, y sobre todo Kupper, que fue el animador en las primeras rondas, obtuvieron una estimable puntuación. Si observamos los resultados del cuadro final de clasificación veremos que la derrota de Petrosian ante Keres, de la segunda ronda, fue determinante en la consecución del primer lugar. La nota estuvo en la partida que Gligoric se enfrentó a Keres; en una posición totalmente igualada: T+P por ambos lados, el primero perdió por tiempo… en la jugada 87!!!
Veamos la partida que Keres ganó con relativa comodidad a Lothar Schmid.
Keres, Paul - Schmid, Lothar [B02]
Zúrich (5), 1961
1.e4 Cf6 2.e5 Cd5 3.Cc3 Como decía Román Torán en el recorte de prensa de La Vanguardia que hemos visto antes, Keres se aparta de los caminos normales, supongo para evitar alguna sorpresa de Lothar Schmid, gran conocedor de la defensa Alekhine. 3...Cxc3 4.dxc3 d6 5.Cf3 Cc6 6.Ab5 Ad7 7.De2 dxe5 8.Cxe5 Cxe5 9.Dxe5 c6 [9...a6 ] 10.Ac4 Db8 11.De4 e6 [>=11...Dd6] 12.Ag5 h6 13.Ah4 Ad6 14.0-0-0 Dc7 15.Dd4 Ae5 16.Dc5
16...Af6? Esto es un error que Keres aprovechará. [>=16...g5 17.Ag3 Af4+ 18.Rb1 Db6~~ ; o bien... 16...Af4+ 17.Rb1 g5 18.Ag3 Db6~~]
17.Axf6! Df4+ 18.Td2 gxf6 19.Thd1 b6 20.Dh5 0-0-0 Tampoco es la mejor. [20...Tg8 era algo mejor, pero la posición está perdida. 21.g3 Dxc4 22.Txd7 Tg6 23.T7d4 Da6 24.Df3+- ] 21.Aa6+ Rc7 22.g3 Df5 23.Dxf7 e5 24.Td6 [24.De7 también era definitiva.] 24...Th7 25.Txc6+ Rb8 [25...Rxc6?? 26.Dc4# ] 26.Dd5 Dxf2 [26...Dxc2+ tampoco solucionaba nada. 27.Rxc2 Af5+ 28.Rc1 Txd5 29.Txd5 etc.] 27.Dd6+ Ra8 28.Ab7+ Rxb7 29.Tc7+ 1-0
Para todos aquellos interesados en los finales, os emplazo a ver en el pgn de Zúrich 1961 el excelente final de damas que Lombardy gana a Larsen.
En las dos siguientes fotografías nos podremos dar perfecta cuenta del grado de organización, puesta en escena y perfección que los organizadores dotaron al torneo.
Zúrich 1961 - Aspecto de la sala de juego durante la segunda ronda
(en primer plano la partida Petrosian-Keres)
Veamos ahora otras fotografías que, si bien no se trata de las mesas de juego con los ajedrecistas, si tienen que ver con el interés que despertó el torneo, la familiaridad con la que en aquella época daba la impresión de que todo iba de modo diferente a la actualidad. Maestros conversando entre ellos. Redactores comentando sus notas. Daba la impresión de que todo transcurría de un modo natural, en un tono de gran camaradería, para finalizar todos los actos del evento con una tradicional comida, donde las esposas de algunos dirigentes -y a veces las de los jugadores, que también habían intervenido en los ratos de ocio- no querían ser ajenas a un tipo de formalidades que con el tiempo hemos ido perdiendo y donde, ahora, reina la lucha inexorable por el triunfo, a veces sin contemplaciones, y sin aquella nostálgica cita en la que todos podían considerarse amigos, sin dejar de ser adversarios.
Es por ello que cuando alguien que ha vivido semejantes y similares momentos, en otro lugar y en otros tiempos, y observa imágenes de este tipo, no puede reprimir una cierta tristeza o añoranza y más cuando la mayoría de personas que aparecen en las mismas ya no están entre nosotros.
Y después del torneo llegamos al punto culminante de este acontecimiento ajedrecista. El siguiente lunes por la noche tuvo lugar el reparto oficial de premios en el marco de una cena, como epílogo del torneo, que transcurrió muy animadamente. Además de los participantes en el mismo y de los organizadores, asistieron personalidades del ajedrez suizo con sus esposas, que contribuyeron a dar brillantez al acto. En un discurso muy apropiado, Alois Nagler, el presidente, hizo una mirada retrospectiva de este importante acontecimiento y elogió especialmente el mérito del mecenas Robert Meyer, además de la hospitalidad del matrimonio Kühnle de Oberlunkhofen y de Hans Ott, de Solothurn. Una salva de ensordecedores aplausos y unos magníficos ramos de flores honraron a todos estos ajedrecistas.
Tal como había comentado con anterioridad, ahí va el problema de Hans Ott…
Ott, Hans (Solothurn)
B+ (Mate en 4 jugadas)
Dedicado Alois Nager, con motivo del Torneo Internacional de Zúrich 1959
1.Dd8 Txa7 2.Dg8 Aa6 [2...Ae6 3.Dxe6 gxh5 4.Dc4# ] 3.Da2 [3.Dxg6 Ac4 (3...Ad3 4.Dg1# (4.Df5# ) ) 4.Dg1# ] 3...gxh5 [3…Ae2 4. Dxa7#] 4.Df2# 1-0
Tanto las partidas de ambos torneos, como la de Tal en Barcelona 1992, así como este problema de Hans Ott, se pueden ver en los pgn adjuntos: Zúrich 1959 y Zúrich 1961.
No puedo finalizar este artículo sin agradecer la excelente colaboración de mi amigo Sergio Picatoste, que me ha ayudado desinteresadamente en la traducción del alemán de algunos pasajes de ambos libros, así como el prólogo de Alois Nagler.
* * *
A raíz de ver el artículo publicado sobre Zúrich, el amigo Antonio Castelltort me ha enviado unas imágenes de un torneo de ajedrez, en el mismo Zúrich, donde se celebró el pasado octubre el Campeonato suizo absoluto de ajedrez por equipos y que, aprovechando unos días de vacaciones que pasaba en dicha ciudad, aprovechó para acercarse hasta el lugar del torneo. Dichas imágenes, realizadas por él mismo, las veremos a continuación. Podremos observar en ellas la gran diferencia con las imágenes de los dos torneos que he comentado, agua y plátanos al margen. Otros tiempos otras cuestiones.
En el primero de los cuadros figura la clasificación final. Como podemos ver, el torneo lo conformaban diez equipos. Cada uno de los equipos competía con ocho jugadores en cada ronda y, por lo que vemos, el Reti 1 fue el vencedor. Si entráis en la siguiente web, podréis comprobar la excelente nómina de cada uno de los equipos, con numerosos grandes maestros, gran cantidad de imágenes, así como los resultados individuales del equipo vencedor.
Hotel Renacimiento de Zúrich
Schweizerische Mannschaftsmeisterschaft 2013
Ronda final en la Sala Chillon
Otro aspecto de la sala de juego,
a la izquierda Antonio Castelltort, autor de las fotografías,
en el centro, de pie y con las manos en los bolsillos, Robert Hübner
No dudo que este Campeonato suizo por equipos debe tener una cierta importancia, o mucha, pero para mí y quizás esté pecando, no tiene la solera que tenían aquellos torneos antiguos. Este tipo de torneos, como los abiertos que se realizan por doquier, no me parecen de tanta importancia ni creo, por muchos años que pasen, que alguien los recuerde con nostalgia, como los dos que he comentado anteriormente y como otros parecidos de aquellas épocas.
Lo que queda claro es, por supuesto, que los grandes organizadores de Zúrich continúan en su puesto de mando.
Joaquim Travesset
7 de Noviembre de 2013
Joaquim, no puedo estar más de acuerdo con tus comentarios. En aquella época no solo tenían más solera los torneos de ajedrez, en general todo lo que rodeaba a la sociedad tenía más solera, empezando por la forma de vestir, las forma de relacionarse, la forma de educar a los hijos...
ResponderEliminarEn la sociedad actual se han perdido muchos valores de antaño, aunque no es menos cierto que también han mejorado muchas cosas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA raíz de ver este artículo publicado sobre Zúrich, el amigo Antonio Castelltort me ha enviado unas imágenes de un reciente torneo, jugado también en aquella ciudad, donde se celebró el pasado octubre el Campeonato suizo absoluto de ajedrez por equipos. Así, aprovechando unos días de vacaciones que pasaba en dicha ciudad, aprovechó para acercarse hasta el lugar del torneo. Dichas imágenes, realizadas por él mismo y gracias a José Luis Pérez, quién las ha incluido al final del artículo, están a vuestra disposición por si deseáis
ResponderEliminardarles un vistazo. Podréis observar en ellas la gran diferencia con las imágenes de los dos torneos que he comentado, agua y plátanos al margen. Una curiosidad más.