Hace unas cuantas semanas comentábamos, al final del artículo sobre el I Campeonato Femenino de Ajedrez del Club Ajedrez Barcelona, que “Martín de Ortueta fue víctima, un año antes, ante José Sanz, de uno de los finales de partida más inverosímiles que nunca se han jugado sobre un tablero. Algún día hablaremos de ello.”.
Antes de empezar, observemos bien las fotos de ambos protagonistas. Ortueta hace cara de buena persona, como si se le escapara una sonrisa, mientras que la de Sanz, ceñudo, da la impresión de pocos amigos. Yo creo que debería ser a la inversa, puesto que después de perder un final de ajedrez como el que veremos, y de la forma que lo perdió, debería ser Ortueta el que se le quedaba la faz como fastidiada. Porqué un final de esta índole únicamente se puede producir uno en cien años.
Ahora creo que ha llegado el momento de hablar de él, aunque José Luis Pérez ya lo hizo en su día en este artículo de su blog de problemas y en cuyo blog entraron una serie de comentarios acerca de tan maravilloso final. De todas formas José Luis Pérez introdujo unas variables en la posición del final, que a mi parecer, no coincidían con la partida real, y que ya comenté en el mismo blog y que también haré ahora.
La posición inicial del final de partida entre Martín de Ortueta Esteban y José Sanz Aguado, que según parece es del año 1933, que figura en el enunciado del blog, creo que nunca llegó a producirse en la partida real, ya que faltarían dos peones negros, uno en e6 y otro en g5, estando ubicado el peón blanco h en h3.
Anoto la posición que a mí me consta (FEN: 8/pR4pk/1b2p3/2p3p1/N1p5/7P/PP1r2P1/6K1 b - - 0 1):
Creo que ello es debido a que en su día la revista Deutsche Schachblätter en 1934, nº73, página 249, excluyó en los comentarios los dos peones aludidos, pensando, quizás, que suprimiéndolos aún daban mayor realce al final. Final que se publicó en todas las revistas del mundo, Ajedrez Español, en 1965 (aunque ya antes, en 1936, Capablanca lo analizó en esta misma revista), British Chess Magazine en 1960, L’Echiquier en 1934, Bulletin Ovrier des échecs en 1935, nº 2. También en la revista Chess, página 74, en Navidad de 1949, nº 172, donde también existe un extenso informe sobre el tema que nos ocupa. Todas estas publicaciones, y otras más, motivaron una serie de comentarios y controversias en todos los analistas del mundo.
Euwe, utilizo sus palabras y dijo: “La combinación en un final más grande que se haya dada nunca sobre un tablero”.
Tim Krabbé, en su magnífico artículo Strangest coincidence ever… or hoax?, explica desde la a hasta la z toda la información sobre ella -la partida-, así como la existencia de un posible plagio –que debería ser con los dos jugadores de acuerdo-, de una partida jugada un par de años antes, en Poznan, entre Tylkovski y Wojciechovski, aunque todo el curso de la misma fue totalmente diferente... hasta llegar a un final prácticamente idéntico. ¿Sanz y Ortueta llegaron a un acuerdo para “aprovechar” el final de los dos ajedrecistas polacos? ¿O se trata de una coincidencia? ¿Quién sabe realmente la realidad?
¿O quizás el plagio fue de los dos jugadores polacos? Puesto que tan bello final hubiera originado la reproducción inmediata en todas las revistas de su época... cosa que NO SUCEDIÓ. Pero no sucedió, quizás, por falta de medios, ya que en aquella época el periódico local de Poznan tampoco debía implicarse mucho en el ajedrez. A pesar de esto, parece que hay testimonios que en su día salió un recorte, con la partida, en la gaceta de Poznan, Dziennik Poznanski, aunque según indica Krabbé nadie ha podido recuperar ni demostrar tal información.
Pero a pesar de todo, deduzco que Krabbé, a pesar de todos los informes recibidos, tiene dudas sobre si la partida Ortueta-Sanz, llegando al final de los jugadores polacos, fue un plagio… o una coincidencia. Si conectáis con la web indicada encontraréis toda clase de detalles y observaciones sobre el caso.
Tal fue la importancia de este final que Jan Timman, el excelente jugador y compositor de estudios y finales de ajedrez, compuso, en 1997, un final basado en la idea de esta partida Ortueta-Sanz. Pero es posible que dicho estudio también tenga polémica y exista un error, que Boris Gelfand se encargó de demostrar.
Jan Timman – New in Chess Magazine-1997
FEN: 5k2/pp3bpR/8/n1P1pPN1/2P5/PB2P1K1/1r6/8 w - - 0 1
1.f6! gxf6 [1...Ag8 2.fxg7+ Re7 3.Th8 Txb3 4.Txg8 Rf6 5.Ce6!] 2.Txf7+ Rg8 [2...Re8 3.Aa4+] 3.Txb7! Cxb7 [3...fxg5! Esta jugada, encontrada por Boris Gelfand y publicada un tiempo después en New in Chess Magazine, es posible que se trate de una demolición al estudio de Timman. 4.Txa7 Txb3 5.Txa5 Txe3+ 6.Rg4 Rf7 7.Rf5(‹7.Rxg5 Tf3~~) 7...Re7 8.Ta7+ Rd8 9.a4 Te1~~] 4.c6 Txb3 5.c5 Tb5 6.a4 fxg5! 7.Rh3! [7.axb5? Cxc5 8.c7 Ce4+] 7...g4+ 8.Rh4 1-0
Más tarde José Luis Pérez contestó lo siguiente…
Primero un comentario para dejaros las dos partidas que ha mencionado anteriormente Joaquim:
Ortueta - Sanz, Campeonato de Castilla, Madrid, 1933
1.e4 e6 2.d3 d5 3.Cc3 Cf6 4.e5 Cfd7 5.f4 Ab4 6.Ad2 O-O 7.Cf3 f6 8.d4 c5 9.Cb5 fxe5 10.dxe5 Txf4 11.c3 Te4+ 12.Ae2 Aa5 13.O-O Cxe5 14.Cxe5 Txe5 15.Af4 Tf5 16.Ad3 Tf6 17.Dc2 "Esta jugada es un desastre", dijo Capablanca; 17.Dh5 da a las blancas un ataque ganador. 17...h6 18.Ae5 Cd7 19.Axf6 Cxf6 20.Txf6 Dxf6 21.Tf1 De7 22.Ah7+ Rh8 23.Dg6 Ad7 24.Tf7 Dg5 25.Dxg5 hxg5 26.Txd7 Rxh7 27.Txb7 Ab6 "Un movimiento débil"; 27...c4 hace la victoria más difícil. 28.c4 dxc4 29.Cc3 29.Cd6! y tablas 29...Td8 30.h3 Td2 31.Ca4. Esta sería la posición real del famoso final Ortueta-Sanz. 31...Txb2. Gracias a los peones de ventaja existen más formas de ganar, por lo que en la posición del problema se eliminaron estos peones adicionales para que la maniobra victoriosa fuera única. 32.Cxb2 c3 33.Txb6 c4 34.Tb4 a5 35.Cxc4 Tampoco sirve de nada 35.Txc4 cxb2 36.a4. 35...c2 y las negras ganaron pocos movimientos después.
Tylkowski - Wojciechowski, Campeonato de la Ciudad de Poznan, 1931
1.f4 d5 2.e3 c5 3.Cf3 Cc6 4.Ab5 Ag4 5.O-O e6 6.d3 Ae7 7.Cc3 d4 8.Cb1 Cf6 9.e4 O-O 10.Axc6 bxc6 11.c3 dxc3 12.Cxc3 Axf3 13.Txf3 Cg4 14.Rh1 Dd4 15.Dg1 Dxg1+ 16.Rxg1 Ad8 17.Ae3 Cxe3 18.Txe3 Ab6 19.Td1 h6 20.e5 f6 21.exf6 Txf6 22.Tf3 c4+ 23.d4 c5 24.d5 exd5 25.Txd5 Rh7 26.Td7 Td8 27.Tb7 Tg6 28.Tg3 Txg3 29.hxg3 Td2 30.Ca4. De nuevo nos encontramos ante una posición similar a la del problema, es prácticamente idéntica pero en una partida jugada dos años antes. 30...Txb2. Exactamente la misma increíble combinación. 31.Cxb2 c3 32.Txb6 c4 33.Tb4 a5 34.Cxc4 c2. La variante 34.Txc4 cxb2 35.a4 b1=D+ etc. es inferior para las blancas. 35.Cxa5 c1D+ 36.Rh2 Dc5 37.Tb2 (37.Ta4? Dh5+ y Dd1+, ganando la torre, o 37.Tb3 Dxa5 38.a3? Dh5+ con el mismo resultado. Sin embargo, si las blancas hubieran jugado 37.Tb3 seguido de Tf3, no está totalmente claro que el negro hubiera podido romper la fortaleza blanca constituida por la torre y los peones.) 37...Dxa5 38.g4 De1 39.g3 h5 40.gxh5 Rh6 y después de 15 movimientos más las blancas abandonaron. El rey negro no podrá alcanzar en ningún momento las casillas g4 y f3.
Y ahora la solución aportada por José Luis Pérez, sobre el final, corregido, de su blog…
1... Txb2!!
Un magnífico sacrificio jugado con la lejana intención de coronar un peón.
2. Cxb2 c3
Se amenaza cxb2 y b1=D, parece que las blancas están perdidas, sin embargo disponen de un interesante recurso defensivo.
3. Txb6!
Si 3. Cd3 c4+ 4. Txb6 cxd3 y las negras ganan al no poderse evitar que un peón corone.
3... c4!!
Una increíble jugada. Las negras evitan Cd3 y amenazan jugar c2. Obviamente no valía 3... axb6?? 4. Cd3 c4 5. Cc1 y las blancas ganan gracias a su pieza de ventaja.
4. Tb4! a5!!
La jugada clave y que Sanz tuvo que prever desde la primera jugada. En este punto se acabaron los recursos del blanco. No valía 4... cxb2?? ya que 5. Txb2 gana fácilmente. Y todavía es peor 4... c2?? 5. Txc4.
5. Ca4
Si 5. Txc4 cxb2 y el peón corona. Si 5. Tb7 c2 y el peón también corona. Si 5. Rf2 axb4 6. Cd3 cxd3 (o 6... b3) ganando.
5... axb4!
1-0.
En primer lugar y antes de entrar en otro tipo de comentarios, me gustaría reproducir las dos partidas siguientes, a pesar de que ya constan más arriba, hasta el momento que llegaron a una posición que podríamos considerar como pareja. Es interesante ver las posiciones finales de los diagramas para poder comprobar que la posición es casi idéntica, a pesar que las aperturas fueron totalmente diferentes: Una especie de Francesa, la de los jugadores españoles, y una Bird la de los polacos.
No debemos fijarnos en el curso de las partidas, ya que la bondad de las mismas no se corresponde con tan increíble final, sobre todo la jugada en Madrid. Así, pues, no perderemos el tiempo en analizar las variantes de apertura ni del medio juego. Ni tampoco la solución del final, puesto que en ambos casos, es prácticamente igual a la aportada por José Luis Pérez, así que no la vamos a repetir. Alguien llegó a calificar este final como un triunfo del espíritu sobre la materia.
DE ORTUETA ESTEBAN, Martín - SANZ AGUADO, José [C00]
Madrid, 1933
British Chess Magazine nº1340-p185-1960
Ajedrez Español 1936, nº 18 página 39 y Ajedrez Español 1965, página 28
1.e4 e6 2.d3 d5 3.Cc3 Cf6 4.e5 Cfd7 5.f4 Ab4 6.Ad2 0-0 7.Cf3 f6 8.d4 c5 9.Cb5 fxe5 10.dxe5 Txf4 11.c3 Te4+ 12.Ae2 Aa5 13.0-0 Cxe514.Cxe5 Txe5 15.Af4 Tf5 16.Ad3 Tf6 17.Dc2 h6 18.Ae5 Cd7 19.Axf6 Cxf6 20.Txf6 Dxf6 21.Tf1 De7 22.Ah7+ Rh8 23.Dg6 Ad7 24.Tf7 Dg525.Dxg5 hxg5 26.Txd7 Rxh7 27.Txb7 Ab6 28.c4 dxc4 29.Cc3 Td8 30.h3 Td2 31.Ca4 Txb2 32.Cxb2 c3 33.Txb6 c4 34.Tb4 a5 35.Cxc4 c2 (ver diagrama)
Capablanca decía en Ajedrez Español nº 18, febrero de 1936, “…las tres o cuatro jugadas más que se hicieron antes de rendirse el blanco no hace falta darlas” y añadía “…El final de la partida, es decir, de la jugada 31 a la 34 es una bellísima miniatura. Lástima que el resto de la partida no corresponda a tan excelso final.”
Antoni Wojciechowski no era un jugador cualquiera. Había obtenido algunas victorias importantes contra Spielmann, Przepìorka, Weiss, Najdorf y Rozanski, por poner algunos ejemplos, lo que presupone que su categoría ajedrecística era suficiente como para no poner en duda su partida con Tylkowski y poder completar un final tan magnífico, y más teniendo en cuenta que era un jugador con talento y dotado para la combinación y el juego táctico. Sus coetáneos siempre dijeron que fue una persona de una seriedad absoluta. Fue un hombre pobre, con una salud muy delicada. Había formado parte del equipo de Polonia en la 3ª Olimpiada –no oficial- de Munich-1936, obteniendo muy buenos resultados. Algunas de las partidas figuran en el pgn adjunto. Dos años más tarde moría de una pulmonía.
Veamos la composición del equipo de Polonia, sus resultados y los que obtuvo Wojciechowski, que jugó de octavo tablero. En la excelente web de Edward Winter, hay una magnífica exposición sobre la Olimpiada de Munich 1936. De ella he sacado esta foto del equipo de Polonia, donde verán a Wojciechowski. Espero que él me perdone este atrevimiento.
Pogoriely, Sulik, Makarczyk, Frydman, Regedzinski, Wojciechowski,
Miguel Najdorf, Jagielski, Kremer y Friedmann
TYLKOVSKI, (Polonia) - WOJCIECHOVSKI, Antoni (Polonia) [A03]
Poznan, 1931
1.f4 d5 2.e3 c5 3.Cf3 Cc6 4.Ab5 Ag4 5.0-0 e6 6.d3 Ae7 7.Cc3 d4 8.Cb1 Cf6 9.e4 0-0 10.Axc6 bxc6 11.c3 dxc3 12.Cxc3 Axf3 13.Txf3 Cg414.Rh1 Dd4 15.Dg1 Dxg1+ 16.Rxg1 Ad8 17.Ae3 Cxe3 18.Txe3 Ab6 19.Td1 h6 20.e5 f5 21.exf6 Txf6 22.Tf3 c4+ 23.d4 c5 24.d5 exd525.Txd5 Rh7 26.Td7 Td8 27.Tb7 Tg6 28.Tg3 Txg3 29.hxg3 Td2 30.Ca4 Txb2 31.Cxb2 c3 32.Txb6 c4 33.Tb4 a5 34.Cxc4 c2 (ver diagrama)
35.Cxa5 c1D+ 36.Rh2 Dc5 37.Tb2 Dxa5 38.g4 De1 39.g3 h5 40.gxh5 Rh6 0-1
Bien. Ya hemos visto los diagramas y se ve con claridad lo que decíamos: posición idéntica. Ahora, aquí, de lo que se trata, al margen de divulgar una vez más estos finales, es intentar saber si realmente Ortueta y Sanz llegaron a un acuerdo para plagiar la partida Tylkowski-Wojciechovski. Claro que esto es lo que se pregunta y se ha preguntado todo el mundo, durante años, sin llegar a una conclusión. Cuando Ortueta murió en 1994, Pablo Morán, que también dudaba, sacó a relucir nuevamente esta partida preguntándose si realmente había sido un plagio.
Y también hay quién piensa que al no ser publicada por la prensa de Polonia en su día, ni tampoco en otras, podía hacer posible una falsificación posterior de los jugadores poloneses.
Yo no me inclino por esta posibilidad. Es más, creo más posible en el plagio de los jugadores españoles. Y es que, desde hace muchos años, tenía conocimiento de un detalle que nunca llegué a comentar en ningún artículo, ni con amistades, salvo en un restringido círculo familiar. Me explicaré. Y que conste que lo que voy a escribir es algo que realmente me cuesta hacerlo, puesto que se trata de detalles que pueden herir el recuerdo sobre un jugador que, al haber fallecido, no puede defenderse. Todo esto me vino de nuevo a la memoria cuando, al ver el final que José Luis Pérez publicó en su blog, y profundizar en los comentarios que observé en la web de Krabbé, debía contar esta cuestión. Mi deseo es que si con mis comentarios puedo inclinar un poco la balanza de la verdad, hacia quién la tuviere, daría por bien empleado haber sacado a la luz lo que voy a contar… aunque es posible que una cosa no tenga nada que ver con la otra.
Hace muchos años, se jugaba un importante campeonato estatal de ajedrez. Ahora no sabría decir si fue el mismo Campeonato de España, o bien un torneo importante de los que se venían celebrando entonces. Como todos sabemos, José Sanz tenía dificultades para andar y normalmente se servía de su inseparable bastón, por lo que apenas se movía de su silla delante del tablero mientras duraba la partida. En una de las rondas, Sanz, que estaba realmente perdido, aprovechó que su adversario se levantó, para seguir el curso de otras partidas, para cambiar la posición donde aquél había dejado su dama. Así, viendo que su adversario había colocado su dama en un lugar determninado, pero había anotado en la planilla otra posición, en la cual podía ser tomada por su caballo… se comió la dama. Su contrincante, al regresar, se encontró que su dama había desaparecido…
Y ante la evidencia de la anotación en la planilla, el árbitro no tuvo otra opción que dar la razón a José Sanz, ante el enfado, desconcierto e indignación de su oponente. Como es de suponer, el escándalo entre los asistentes fue mayúsculo.
Esto que he indicado no es ningún invento. Lo presenció otro de los jugadores que participaban en el torneo y de cuya fiabilidad y honradez estoy totalmente seguro al ciento por ciento. Y parece ser que esta “irregularidad” no fue única en dicha persona, que por cierto fue un extraordinario ajedrecista, campeón de España y luchador en mil torneos. Pero, a veces, la cabeza nos puede dar un disgusto al más pintado de los humanos. Y quién haya podido ser capaz de una cosa semejante, ¿sería de extrañar que hiciera trampas en un final sobre el cual no debía dar explicaciones a nadie? Como muy bien diría mi amigo de Sabadell, Miquel Artigas, hay una cita en catalán que dice “qui fa un cove fa un cistell” (que traducido al refranero castellano vendría a ser “quien hace un cesto hace ciento, si le dan mimbres y tiempo”)
La pregunta final podría ser: Si Ortueta-Sanz plagiaron el final, ¿dónde consiguieron la partida de los dos jugadores polacos si, según las crónicas, no fue publicada en ninguna de las revistas de su tiempo?
Joaquim Travesset
2 de noviembre de 2012
1 comentarios:
Recibo hoy, 7 de septiembre 2016, un mail del amigo escocés Alan McGowan, en el que me habla de un nuevo hallazgo sobre el célebre final entre Sanz y Ortueta. Dice McGowan lo siguiente:
Tal vez sería una idea de volver a examinar esta historia; vea el artículo de ajedrez Observa que se refiere a un juego jugado por Karlin, de Suecia, en Madrid en 1933.
http://www.chesshistory.com/winter/extra/ortuetasanz.html de ajedrez en el Tagesbote ( Brno ) de 14 de abril 1934, que arroja una llave considerable en las obras dando a la conclusión de un juego de dicho que ha sido ganado en Madrid el año anterior por el jugador sueco ORED KARLIN contra un rival sin nombre.
En cuanto a la famosa y misteriosa partida Ortueta v Sanz , Jan Kalendovský (Brno , República Checa) acaba de encontrar una columna de ajedrez en el Tagesbote ( Brno ) de 14 de abril 1934, que arroja una llave considerable en las obras dando a la conclusión de un juego de dicho que ha sido ganado en Madrid el año anterior por el jugador sueco ORED Karlin contra un rival sin nombre.
De todas formas si esto fuera así ya serían tres las parejas que se atribuyen la partida. Y esto de que indique "un rival sin nombre" me parece un tanto extraño.
Publicar un comentario